Alocución del Sr. Rachid Talbi Alami Presidente de la Cámara de Representantes ante los miembros de la Cámara de Diputados de México
Alocución del Sr. Rachid Talbi Alami Presidente de la Cámara de Representantes ante los miembros de la Cámara de Diputados de México
Señor Presidente y estimado compañero, D. Sergio Gutiérrez Luna, Presidente de la Cámara de Diputados de los Estados Unidos Mexicanos,
Estimadas y estimados parlamentarios,
Señoras y Señores,
Me siento especialmente feliz cada vez que visito la hermosa tierra de México, y cada vez que vengo a este país lleno de vitalidad y me encuentro con sus activas élites que lideran una construcción civilizatoria en los diferentes ámbitos, con total lealtad a la historia, la riqueza y la diversidad de este país milenario, amigo de Marruecos.
Quisiera expresaros, Señor Presidente, mi profunda gratitud por habernos brindado, a mí y a mis compañeros, presidentes de los grupos parlamentarios que me acompañan y que representan las distintas formaciones políticas de la Cámara de Representantes de Marruecos, tanto de la oposición como de la mayoría, la oportunidad de compartir con ustedes momentos de amistoso diálogo y debate fraternal.
Mi felicidad se hace aún más profunda al tener el honor de subir a esta tribuna y dirigirme a los compañeros de esta honorable institución legislativa, para transmitirles, de la parte de sus colegas marroquíes, la expresión de su profundo reconocimiento, inmensa gratitud y gran admiración por el desarrollo y la prosperidad que está alcanzando su país.
Señor Presidente,
Estimadas y estimados compañeros,
La fuerza de su país, la posición que ocupa a escala internacional y regional, así como su potencia, no son fruto del azar; más bien, son la manifestación de una profunda herencia civilizatoria, una riqueza cultural arraigada y una diversidad única de intercambio y aculturación, a la vez que representan una habilidad excepcional para armonizar una modernidad abierta sobre el mundo con unas tradiciones de múltiples afluentes.
El pueblo de México, con sus fuerzas vivas, políticas y económicas así como con sus élites intelectuales, ha sabido aprovechar este valioso legado para construir una economía fuerte y diversa, una democracia avanzada y una cohesión social digna de admiración.
En este sentido, el hecho de figurar entre las economías emergentes más fuertes del mundo constituye uno de los indicadores del éxito de su país, además de su capacidad de lograr un alto nivel de inclusión social, ya que su tasa de desempleo es considerada como una de las más bajas del mundo. He aquí una prueba de la vitalidad de su economía prometedora.
Esta posición y esta capacidad han permitido a México convertirse en un pilar para la estabilidad regional, ya que la realidad de su país es también una historia de éxito.
Señor Presidente,
Estimadas y estimados compañeros,
Aunque los Estados Unidos Mexicanos y el Reino de Marruecos se hallan en dos continentes distantes; sin embargo, comparten los mismos valores, las mismas preocupaciones y se están movilizando para afrontar los mismos desafíos.
El hecho de que México comparta frontera con la mayor potencia económica y estratégica del mundo, los Estados Unidos de América, y que Marruecos sea el país más cercano geográfica y económicamente a la Unión Europea - apenas 14 kilómetros lo separan de España, a través del Estrecho de Gibraltar- convierte a ambas naciones en actores clave en la gestión de la migración. En este sentido, los dos países se enorgullecen de adoptar políticas migratorias humanas, solidarias, inclusivas y sensibles al contexto y condiciones de los individuos.
Asimismo, ambos nos enfrentamos a los desafíos que comporta el cambio climático así como aquellos que representan el terrorismo y el crimen organizado, empleando a este fin importantes recursos financieros, logísticos y humanos para preservar nuestra seguridad y la del conjunto de la comunidad internacional.
Nuestros dos países comparten valores, principios y elementos culturales que se esmeran en preservar. Entre ellos destaca, principalmente, el legado cultural ibérico-mediterráneo, cuyo principal vehículo y depositario fue la lengua española, que lo ha conservado y desarrollado durante siglos.
Se trata, por lo tanto, de una amistad forjada sobre una profundidad cultural y de valores, impregnada de un fuerte carácter simbólico, humano y duradero.
Por otro lado, cabe señalar que la estratégica ubicación marítima de nuestros dos países viene a consolidar la fortaleza de nuestras relaciones, abriendo amplios horizontes ante las mismas, y convirtiendo a nuestros países en bases para los intercambios y en puntos de enlace entre las principales economías mundiales y entre dos continentes prometedores. Hagamos, entonces, de los mares un canal de comunicación, comercio y libre circulación de mercancías, habida cuenta de la rica tradición marítima que compartimos.
En este sentido, hemos de esforzarnos por aprovechar todos estos factores para afrontar los desafíos comunes, fortalecer nuestra cooperación e impulsar las relaciones políticas hacia el nivel que aspiran alcanzar nuestros dos pueblos.
Asimismo, debemos continuar trabajando conjuntamente a favor de unas relaciones internacionales justas, basadas en el respeto del derecho internacional, la resolución pacífica de los conflictos y la consolidación de la paz y la seguridad en el mundo, especialmente a través del respeto de la soberanía e integridad territorial de los Estados, en tanto que piedra angular de las relaciones internacionales.
Señor Presidente,
Señoras y Señores,
Tengan la certidumbre de que en África, un continente con potencial y recursos prometedores, y que en la región del Mediterráneo con su distinguida ubicación entre Europa, África y el Medio Oriente, hallarán un país amigo donde Oriente y Occidente se encuentran, y donde el Sur acaba y el Norte empieza.
Este país/lugar de encuentro, que ha conocido numerosas civilizaciones desde los Amazighs, fenicios, vándalos y romanos pasando por los árabes y los íberos, entre otras, es uno de los países más ancestrales del mundo, con un Estado que data de más de 14 siglos, y una rica identidad constituida por una variada fusión cultural e histórica.
Este Reino, dirigido actualmente por Su Majestad el Rey Mohammed VI, que Dios le asista, el Rey reformista que dirige y patrocina las reformas, ha hecho de Marruecos un país en ascenso y un modelo de democracia arraigada, basándose principalmente en su historia y en sus recursos humanos, enmarcados por una visión prudente y de largas miras.
En este sentido, en la misma medida en se emplea por lograr el desarrollo sostenible y construir una economía verde, el Reino se empeña en defender las causas justas de los pueblos, la seguridad y la paz mundial, así como la soberanía y la integridad territorial de los Estados y el respeto de sus opciones.
Para ello, el Reino se basa en una firme doctrina diplomática basada en el equilibrio y el respeto, conforme a lo estipulado en la introducción a su Constitución en materia de cohesión y diversidad de los componentes de su identidad nacional unificada, mediante la fusión de todos sus componentes árabe-islámico, amazigh y saharaui-hassaní, y en el seno de sus ricos afluentes africano, andalusí, hebreo y mediterráneo.
Se trata igualmente de un país en el que, durante siglos, se han arraigado las tradiciones de convivencia, tolerancia y moderación, de los que Su Majestad el Rey de Marruecos es garante, en su calidad de Emir de los Creyentes y garante de la libertad del culto religioso. He aquí otra particularidad del modelo civilizatorio marroquí a nivel árabe e islámico.
Partiendo de este empeño y de acuerdo con esta visión, Marruecos está llevando a cabo proyectos de asociación prometedores, especialmente en África, a la que se enorgullece de pertenecer, y para la cual ha lanzado iniciativas estratégicas como el “Proceso de los Estados africanos atlánticos” y la iniciativa de permitir el acceso al Océano Atlántico a los países africanos del Sahel que no disponen de salidas marítimas.
No cabe duda de que estas dos iniciativas estratégicas constituyen una base que facilita los intercambios y la cooperación entre nuestros dos países y continentes.
Igualmente, es cierto que los numerosos acuerdos de libre comercio que unen a México y Marruecos con las grandes potencias económicas son otra palanca para una cooperación más estrecha entre nuestros dos países.
Señor Presidente,
Señoras y Señores,
Grande era mi empeño en efectuar esta visita a su país con el fin de transmitirles este mensaje de afecto, amistad, respeto y aprecio, expresando a la vez la firme voluntad de Marruecos de impulsar nuestras relaciones hacia un partenariado diversificado, multidimensional y sostenible.
Para finalizar quisiera reiterarles mi agradecimiento por la generosa hospitalidad y calurosa acogida a las que nos tiene acostumbrados el gran y genuino pueblo mexicano.


